Milagro en Gejo de los Reyes: el forraje que resistió al incendio y alimenta a 500 vacas

Milagro en Gejo de los Reyes: el forraje que resistió al incendio y alimenta a 500 vacas

El 15 de agosto quedará grabado para siempre en la memoria de Herminio Mangas, vecino de Gejo de los Reyes, cuando un incendio devastador arrasó gran parte de su entorno.

Las llamas, impulsadas por un viento imparable, avanzaron con una velocidad que él mismo describe como “como si fuera un coche”. A pesar de los esfuerzos de bomberos, vecinos y tractores, el fuego consumió más de 11.000 hectáreas, dejando tras de sí un paisaje desolador.

Sin embargo, en medio de la destrucción, ocurrió lo inesperado: unas pacas de paja resistieron intactas. “Fue un milagro”, afirma Herminio, señalando el lugar donde aún se conservan. Gracias a ellas, sus más de 500 cabezas de ganado pueden seguir alimentándose. Aunque perdió dos terneros y otros animales sufrieron quemaduras, estas reservas de forraje se han convertido en un símbolo de esperanza.

Herminio Mangas, vecino de Gejo de los Reyes

Herminio, que ha dedicado su vida a la ganadería junto a su hijo, lamenta profundamente la pérdida de pastos que habían sido especialmente abundantes ese año. “Teníamos para alimentar durante dos años, y ahora lo gastaremos en uno solo”, explica. Aun así, mantiene la esperanza de que las lluvias otoñales ayuden a recuperar el terreno.

Durante la evacuación del pueblo, Herminio y otros cinco vecinos decidieron quedarse para proteger lo que pudieran. Utilizaron tractores y mangueras, aunque uno de los vehículos quedó calcinado en el camino hacia El Groo.

Algunas casas ardieron, especialmente aquellas construidas con materiales antiguos y rodeadas de maleza. La iglesia del pueblo, por fortuna, se salvó gracias a que su entorno estaba limpio y empedrado.

La historia de Herminio Mangas es un testimonio de resistencia, fe y vínculo con la tierra.

En medio de la devastación, su determinación y el inesperado milagro del forraje salvado ofrecen una lección de esperanza para todos.


Fuente: Diócesis de Salamanca